domingo, 16 de noviembre de 2014

Buscando a mi musa...creo que se me cayó en el metro

He pasado noches, muchas noches quizá, tratando de adivinar de dónde nace la inspiración.

Formulé muchas hipótesis, entre ellas que la noche y la luna llena tenian sus efectos en los que dedicamos nuestra vida a este ejercicio.
El insomnio también figuró entre las variables inspiradoras...pero pasé mas noches con insomnio por querer culparlo de mi arte.

Después surgió la idea de los gatos; hermosa compañía peluda que curiosamente resulta una constante entre quienes escribimos; si no me lo cree amable lector, basta con que busque una fotografía del maestro Monsivais y  verá con propios ojos que él generalmente se hacia acompañar de gatos que permanecian cómodamente acostados sobre esos papeles llenos de ideas.

Después, llegué a la hipótesis de la musa...ya sea hombre o mujer.
Por lo general el escritor se encuentra enamorado de dicha persona, lo cual deviene en cientos de cuentillos, poemas, sonetos y demás verborrea cursilona que es amablemente aplaudida por quienes se sienten identificados con ello.
Pero, en ocasiones la musa nos inspira en el dolor.
Puede ser un amor imposible, sombrío, añorado...un amor de esos que te hacen llorar a media noche, ahogar sollozos en la almohada.
Esas musas nos inspiran a escribir de lo depresivo, lo oscuro, lo prohibido, de la pasión, de los bajos instintos...nos hacen fantasear, nos calientan y provocan textos con cualidades adictivas.

Pero...cuando un escritor se queda sin musa, ¿Qué pasa?

Lo inevitabe, nos deprimimos.

La depresión de un escritor, lo incapacita a tal grado de no poder escribir nisiquiera un par de palabras; no digamos un párrafo completo, una cuartilla.
Simplemente no podemos expresar nada...estamos llenos de nubarrones, tratando de conciliar el sueño que la musa se llevó.

Hace meses que creí haber perdido a mi musa, que la había dejado tirada en el vagón del metro...pero recién me doy cuenta de que andaba de vacaciones y decidió llegar para inspirar a esta psicóloga con vocación de artista para retomar el camino de las letras y crecer con ellas.

1 comentario:

  1. En la memoria de mi musa..

    Preguntame si te noto, si te miro y si estas presente.
    Preguntame cuanto es que te pienso,
    Cuanto es que fraguó un encuentro
    Un cafe una charla, una mirada.
    preguntame cuantas veces cierro los ojos y miro los tuyos en mis adentros.
    Tan verdes, tan llenos y con la intension de descubrirlos.
    Descubre cuanto es que deliro tu piel blanca, que imagino tus lunares adornandola como el cielo mas claro lleno de estrellas marrones.
    Preguntate cuanto es que anhelo una charla un cafe y saber que piensas. solo saber.
    Tengo hambre de tu conocimiento de tu compañia y de sentarme frente a ti a saber lo que habita en tu interior
    Saberque piensas del universo,
    que opinas de las estrellas y de el tiempo.
    Quiero comprender como es tu aroma y saber lo que se siente cuando ya no estas.
    Llevate solo esto, llevate la certeza de que existe alguien que te piensa de una forma que no se estila
    Quedate con la certeza de que en algun lugar otra mitad tiene la intriga de tu escencia.
    Y que al sonreir dejas de solo exixtir y comienzas a crear un mundo paralelo e independiente.

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