viernes, 27 de abril de 2012

Fantasmas en la Condesa, Parte I

Ya Morfeo me había tomado entre sus brazos esa noche, cuando, sin advertirlo, mis ojos se abrieron poco a poco, un terrible escalofrío invadió mi cuerpo...palidecí cuando la vi al pie de mi cama.
Un terror incontenible no me permitía moverme, pues frente a mis ojos reinaba la confirmación de su lúgubre existencia.

No sé si desmayé o el cansancio me durmió, pero seguí durmiendo esa noche oscura.
Por la mañana temía que aquella imagen hubiese sido verdadera, me acerque sigiliosamente a una de mis hermanas para platicarle mi extraña experiencia.

Claro, yo esperaba una carcajada marca Acme, pero lo que recibí, me dejó paralizada.
-Lo que tu has visto es a Alicia, la mujer de blanco que vigila tus sueños-
¿Alicia, una mujer que vigila mis sueños?
Y comenzó con su relato...

Alicia, era una joven bella, con una vida de lo más placentera, casada y profundamente enamorada de un piloto, parecía que nada en su vida podía salir mal.
Un día, en un México plenamente Revolucionario, el esposo de Alicia recibio un llamado urgente del ejército, pues su presencia era esencial para las batallas que se peleaban en aquellos tiempos.
Siendo un hombre comprometido con sus ideales de nación, partió hacia su destino, dejando cariñosamente a Alicia en el quisio de la puerta, de la bella colonia Condesa.
Pasaron los días, sin que recibiera noticias, pero esto no la acongojaba, pues sabía del importante papel que jugaba su esposo en aquella guerra.
Una mañana en donde el sol brillaba con todo su esplendor, Alicia se vistió con un hermoso vestido blanco, tan vaporoso que la hacía lucir como un ángel.

De pronto, fuertes toquidos a su puerta, desequilibraron la paz de su hogar.
Mientras ella bajaba sigiliosamente las escaleras, la servidumbre se encargó de abrir y ver quién pedía entrar con tanta urgencia.
Como en cámara lenta, al pie de la escalera, escuchó lo que destruyó su razón, dos hombres, vestidos con sus mejores galas, habían llegado a darle la noticia del fallecimiento del amor de su vida.
Alicia, no quiso escuchar más y se quedó sentada al pie de la escalera lamentando su cruel destino, viendo como se quebraba poco a poco el sueño de su vida.

Al poco tiempo, a pesar de los esfuerzos de quienes la rodeaban, ella murió por la eterna tristeza de tener a su alma gemela lejos de ella.
Fue en el último suspiro de vida que dio, en el que prometió velar por los sueños de quienes habitaran en su casa.

Sinceramente me dejó helada, no podía creer que eso fuera cierto, pero al cerrar los ojos y recordar su imágen confirmaba que no eran mentiras lo que le decían.

Durante años, la familia que ahora habitaba su casa, tuvo experiencias iguales con Alicia, las primeras en hacerlo, fueron Lucy y Patty, justo cuando recién se mudaban al caserón de principios de siglo.
Patty, una joven con una sensibilidad especial para conocer el mundo de los que ya no habitan el mundo, un día despertó a media noche y enseguida movio a Lucy, diciendole que "la mujer de blanco estaba llorando en la escalera"
Lucy, no reparó en tonterías y tranquilizó a su hermana haciendola dormir nuevamente.
Muchas noches pasaron de la misma forma, hasta que en una en particular, Patty, con mirada perdida, sólo mencionó, -Ya lo sé, ya sé como se llama la mujer, se llama Alicia-

En otra ocasión, cuando la familia ya se había agrandado, Salvador, otro de los hermanos, vio a una joven vestida con un hermoso vestido blanco. Al tener muchas hermanas, pensó con lógica que se trataba de la mayor de ellas, Lucy.
Unos minutos más tarde, bajó hacia la cocina, en donde se encontró con Lucy, y sin miedo a equivocarse la felicitó por el hermoso vestido con el que él juraba la había visto.

Lucy, le dijo que ella no tenía un vestido como el que describia y agregó que solamente ellos dos estaban en la casa en ese momento.

Al tiempo, en una gran reunión familiar, las chicas en plena flor de juventud, jugaban a verse mayores con rubores y brillos frente al espejo.
Enriqueta, prima de los habitantes de aquella casa, se admiraba esplendorosa en el espejo redondo que colgaba en el pasillo al lado de las escaleras.
En un momento, perdió el color de los vivos, nadie sabía que le pasaba, hasta que con un suspiro de valor grita, -La vi, la vi, se reflejó en el espejo justo detrás de mi-

Raquel, la más pequeña de su casa, desde niña la veía, como un habitante más de la casa, siempre despertando aterrorizada por las noches, pues Alicia fiel a su promesa, vigilaba sus sueños.
Muchos, propios y extraños de aquella casa, la vieron de la misma forma, generalmente en soledad.

Un día, cuando la siguiente generación llegabamos a la familia, organizamos como muchos años tradicionalmente nuestro festejo de día de muertos.
Ahora ya existía al fondo del largo pasillo del patio la Av. José Vasconcelos con el esplendoroso circuito lleno de coches día y noche.

Esa fría noche de 1° de Noviembre, junto con los vecinos de tan amada privada de casas de techos altos, comimos los crujientes molletes que entre todos preparaban, con los famosos frijoles de mi abuela.
Comenzaron todos a contar historias de terror de aquel lugar; no sé si era el frío de media noche o el incontenible miedo que nos invadía a todos, lo que nos juntó en un abrazo de fichas de dominó.
Unas horas más tarde, cercana la hora cero, la hora de los muertos, nos metimos a la casa. Siendo tantos de familia y no queriendo molestar a los que habian dormido desde temprano, acomodamos cojines, colchonetas, y colchas.
Todos escogimos rápidamente lugar, siendo el reposet de mi abuelo, la cama preferida, por la comodidad claro está.
Mauricio, lo ganó y nadie reclamó, pues había ganado justamente.
Todos caímos rendidos de cansancio, cuando de pronto, Mauricio de un salto, ya estaba en el suelo con todos nosotros.
Al no poder conciliar el sueño en su totalidad, abrió los ojos y vio, al pie de todos nosotros que dormíamos, frente al televisor, a Alicia, vigilando correctamente nuestros sueños.
Tembloroso y asustado se quedó dormido cobijado entre los abrazos de Lucy, su madre.
Todos esa noche, despertamos en diferentes tiempo advirtiendo lo mismo, Alicia vigilando los sueños, nos veía desde el reposet, desde la puerta que daba al pasillo, desde la cocina.

Daban exactamente las 5.30am cuando un estruendoso ruido invadio la paz de nuestros sueños, nadie estaba afuera, pero azotaba la puerta de una manera tal, que nos quitó el más breve de nuestros alientos.

Conforme fue avanzando la mañana, todos nos veíamos, pero no queriamos hablar, hasta que uno por uno expuso su experiencia, dejando un halo de terror en el ambiente.

Un año más tarde, el destino nos sacó de aquella bella privada, a cual fué destruida en su totalidad.
Nadie en ese momento pensó en Alicia.

Llegando a la nueva casa, alejada de la zona donde todos nos críamos, descubrimos sorprendidos que Alicia se había mudado, pero al parecer su misiva ya no estaba con nosotros.

Alicia, vaga por el mundo noche tras noche, vigilando silenciosa los sueños de cada ser de ese planeta.
Si una noche, has sentido la sensación de ser vigilado, sabes quien es.
Si aun no lo adviertes, no te sorprenda descubrir al pie de tu cama a "La mujer de blanco que vigila tus sueños".

jueves, 26 de abril de 2012

Dosis matinal de cafeína en la ciudad

Caminando por el sendero que empieza a recordar mis breves pasos citadinos, llamaba mi atención un lugar, breve, agradable; un café enmedio de una ciclopista.
Durante semanas, lo acechaba sigilosamente, como gato a su presa; lo estudié y finalmente un día, con mucho tiempo de sobra en mi reloj de compromisos, decidí parar y comprar un delicioso té chai, de esos que sólo los conocedores de los buenos placeres del beber pueden disfrutar.

Me atendió un agradable caballero de aspecto amistoso, de esos que inspiran confianza y ganas de hacerle amistad.
Sin mucho que decir en aquel momento, segui mi camino por el sendero de aquella ciclopista.

Hoy por la mañana, vi mi reloj y éste me dio aviso de un espacio de 2 horas, sólo para mi, para dedicarlas a uno de mis mayores placeres, degustar un exquisito café y claro, una buena lectura patrocinada por mi autor favorito.

De inmediato cruzo la calle, y de nuevo estoy en esa ciclopista llena de trabajadores apresurados y presos de sus jefes y relojes.
Me invitan a sentarme en una cómoda silla con una piel de borrego encima, ésta vez pido un capuchino ligero, con dos bolsitas de mascabado para endulzarlo.
Comienzo entonces una deliciosa plática con el chico que atiende, y enseguida se nos une su encantador proveedor; es entonces cuando mi deliciosa lectura se ve olvidada y doy paso a disfrutar de una buena plática, llena de cosas interesantes, gustos y coincidencias, que hacen que mi tiempo vuele.

Por largo tiempo, no había disfrutado de tan amena compañía, tomando el que considero uno de los mejores cafés de mi vida.

Con un paladar agradecido, ansío mi regreso a áquel sendero, en dónde un café con renta de bicicletas, parece perdido entre el mundo de gente que paga por llevar en la mano una marca, sin saber que cruzando la calle a unos pocos metros podrían deleitar sus maleducados paladares con el arte de un café hecho con la cálidad que los dioses nos heredaron.

Gentil lector, si un día pasas por la ciclopista de la calle de Ferrocarril de Cuernavaca, date un tiempo para degustar de un buen café y de excelente compañía. Reconocerás la calidez del lugar por lo plateado de sus sillas cubiertas con pieles chinas de borregos menos afortunados.

viernes, 20 de abril de 2012

Carta Infinita

Las breves y frías gotas de lluvia escurren celosas por la ventana, mientras que el cálido rocío de tu escencia permanece intacto en mi cuerpo.
Qué efímero se vuelve el tiempo, mientras me rodeas con tus brazos y susurras tan liviano como el viento taciturno, los diferentes nombres y significados de nuestro amor.

Verte tan pleno y tan quieto, mientras descansas tu anatomía junto a la mía, hace que recuerde el idioma con el cual día a día escribo una carta infinita que se va tatuando sutílmente en tus poros, en las calles que nos han visto pasear abrazados, enamorados en el más perfecto estado de conciencia.

Recorro delicada y apasionadamente con los dedos, las páginas de tu cuerpo, mientras retozas, haciendo notoria la mortalidad con la que naciste.
Voy memorizando poco a poco las estrellas que robaste del manto universal y que celosamente tatuaste en tu piel. Así, me enamoro de la gran galaxia que discretamente quedó pintada en el lugar donde la inocencia va pervirtiendo su dulce misión.

Han sido ya muchas vidas, y aquí estamos, agregándo capítulos a lo que no puede terminar, sólo queda encarnada en los puntos suspensivos de la reencarnación y del renacimiento de un nuevo día.

Un frío día de Enero tuve la fortuna de volverte a ver, después de haberme agregado como ser existente a esta nueva vida.
Nuestros sentimientos fluyeron como el río del tiempo y en un mes ya habíamos hablado de amor, contemplando los poemas que el universo recita con las más bellas de sus estrellas.

Pasamos por momentos insípidos, convirtiéndolos en inolvidables,nos entregamos como amantes para convertirnos al tierno nombre de novios.

Y aquí, provocando explosiones mortales a tu cuerpo, continuo con el manuscrito que pinto con el filo de mis uñas y con la sal de tus sudores, jurándole al tiempo inexistente, mi amor, entrega y devoción hacia mi amor perfecto.

Hoy, contemplando el candor de las velas en mi habitación, repaso el idioma estelar, dejando pendiente un capítulo más de este relato con principio, pero nunca con final.

Ahora me dispongo a volar en viaje astral, a darte un tierno beso que dure hasta que el primer rayo de sol me dé la tinta necesaria para agregar más capítulos a la puesta en escena de nuestro antiquísimo juramento de amor...

viernes, 13 de abril de 2012

Ángel Prestado

Ella llegó con el cálido verano, eternamente esperada e inmensamente amada.
Niña de piel de porcelana, rubios cabellos de oro y grandes ojos azules profundos como el mar.

Era extraño ver un ser humano irradiando tanta felicidad y contagiando su carisma en cada amanecer en la tierra.
Vivio tan feliz como todo ser huamno puede ser, aunque un poco acomplejada con breves detalles de su imágen ante los demás seres terrestres que la rodeaban día a día.
siempre querida por propios y extraños, se fue convirtiendo con el paso de los años en una mujer bella, llena de sueños e ilusiones, que iban desde profesiones artísticas y fisiológicas a la ternura de la futura maternidad.

Hubo momentos en los que sintió que su existencia era vana y vacía.
No satisfacía la circunstancia de su vida, la alegría que traía tatuada en el corazón.
Vivió dolorosas separaciones, rechazos, envidias que corroen y tristes dificultades académicas que hacían que sus sueños se desmoronaran frente a sus ojos, llenandola de una profunda agonía de la cual no sabia como salir victoriosa.
Siempre veía al cielo y cerrando los ojos mandaba una plegaria a dios, para que la dejase convertir sus anhelos en bellas realidades.

Tuvo con naturalidad, la rebeldía adolescente, en donde probó experiencias para aprender lo bueno y lo malo de ir madurando con el paso del tiempo y así ir tomando responsbilidades cada vez más complejas.

Conoció en plena flor de juventud, al gran amor de su vida, que cual telenovela no era del todo aceptado por su sangre más cercana, ya que la rebelión de sus edades provocó grandes tropezones que volcaban en muchas ocasiones las esperanzas de su familia de algún dia verla plena y satisfecha.

Tan bella como las flores que llegaron para su décimo octavo aniversario de vida, pasó un peculiar día con su familia completamente reunida como en sus antiquísimos años de infancia.
Comieron, convivieron, pasearon y rieron sin saber el duro destino que les deparaba esa noche.

Con la emoción de su adultez recién inaugurada, se puso sus mejores galas y al lado de las mujeres que más admiraba, salió a celebrar su vida.
Eran aproximadamente las once de la noche, llovía intensamente en la ciudad, el pavimento estaba húmedo y resbaloso...en un momento el rechinido de las llantas y los gritos se apoderaron del ambiente, y de repente un golpe...crujidos, rechinidos...silencio, tranquilidad.

Se sintió liviana y con una extraña sensación de felicidad.
Una gran luz apareció ante ella, después de deslumbrarla por breves instantes, reconoció en ella a aquellas personas que habian convivido en tierra con ella; eran todos sus ancestros que la recibían para llevarla al lado del señor, pues tras interminables plegarias la habia escuchado, y ahora demandaba su presencia, pues la estaba convirtiendo en uno de sus ángeles.
Subió por la escalera de luz y se hizo una con la eternidad.

A lo largo del tiempo, desde su ascención, fue enviando bellos obsequios para sus seres amadod.

El último de ellos, es la hermosa niña que crece en el vientre de esta escritora, hermana de ese hermoso ángel prestado.
Desde la vida terrenal le pienso, y aseguro con certeza ciega que ella, desde la estrella más brillante del universo me observa y me cuida.

Que felíz será la ocasión en que ella sea la luz que me recoja cuando mi timpo aquí se haya terminado.

martes, 10 de abril de 2012

El amor despúes de la perversión

No es un día común, me he levantado más temprano de lo habitual.
El sol, no ha dado señales de querer acompañar a esta noctábula amante en su camino de las siguientes 24 horas.
De paso por una carretera larga, observo breve y  bello amanecer, uno completamente especial, tal vez será el extraño calor que corre por mis venas, pero para mi es el más espectacular que he observado en ésta vida.

Como amante de un ángel, sabía mi posición oculta y deliciosa ante los mortales, pero...algo cambio en mi endemoniado ángel.
Lo cuento pues... siento que explotaré...

Tan breve y tan pasajera me habia levantado la mañana anterior, con la gran expectativa de ver a mi cómplice de juegos de amoríos y besos escondidos.
Platicamos por largas horas en el medio que se nos pusiera enfrente, con tan de no sentirnos tan separados y tan ansiosos del otro.

Sonaron a lo lejos las seis campanadas de mi segundo plano de realidad y en un parpadeo ya estaba a su lado, no les recuerdo la perfección de mi hombre, porque causaría la más terrible de las envidias.
El sol del atardecer y una delicada brisa de breve lluvia nos moja el rostro.

No puedo evitar que en esos encuentros sin planear mi sangre hierva como lava en un volcán que quiere explotar.
Nuestro juego es cada vez más natural, un tanto menos de amantes, pero inyectado de una intensidad sublime que desmaya al más mojigato de los terrestres.
Sus besos tatuandose en los centímetros exactos de mi placer, hacen que verle tan pleno, tan hermoso, tan cálido y deseoso de mi, me lleven a un éxtasis en dónde mi conciencia y razón salen volando a un rincón y quedan como meras espectadoras de áquel momento.

El nombre de amantes, hace que imaginemos lo obvio de la relación...
Pasada la primera sesión de saciedad, hace una pregunta que retuerce mi sutil panorama de nosotros, sí, me ha pedido con un aspecto de profundo amor que sea su novia.
Mi corazón comenzó en ese momento a bombear tres veces su capacidad, pero mi respuesta fue ligeramente desconcertante...sólo dije...no lo sé, tengo que pensarlo.
Bum, directo a la yugular y sin escalas.

Fue como amputarle un ala a un ángel, pero fuera de toda duda, continuamos por largas horas nuestro juego de pieles y sudores compartidos.
Fue el primer instante en mi vida, que sentí que amaba a una persona con todas mis fuerzas. Sentí un amor de esos que te quitan el aliento y un peculiar calor se apodero de mi.
Calor que mi siempre vampiro, interpretó de la manera más correcta y suculenta...aun tengo un sensible dolor en el punto que le dio la llave de mi completa entrega y placer. Recuerdo sus labios recorriendo esas bereves pulgadas, su aliento exitado y suplicante; su lengua siempre proveedora de mis mejores gritos.
Encontró la llave maestra sin duda y la usó a su conveniencia, me convirtio por largos y eternos minutos en su esclava.

En mi paso por las reencarnaciones recuerdo haber sentido exitación tal en cada uno de los poros de mi cuerpo. Nos entregamos enamorados y amantes al tiempo en que el sol se despedía y la noche se apoderaba de nuestros alrededores.

Cómo todo buen caballero, dueño de unos principios implacables me acerco en cu corcel blanco a mi carroza para que me fuera a casa, claro, antes me ha dado el más tierno de los besos y le dejo espectante de una respuesta que sueña con escuchar.

Subo pues, como delicada princesa a mi carroza y me alejo con la noche, no sin antes mandar a su lado a una dulce paloma mensajera que precisa le da mi recado con sello de urgente e importante.

El mensaje decía: "No olvide darte la respuesta, sólo quise dejar el suspenso para el final de la función...si quiero...si quiero ser tu novia".

Una luz iluminó su rostro, una que decia que el día se cerraba con broche de diamantes estelares.
Ambos sentimos una cálida sensación recorriendo nuestras venas, como si el morir en ese momento fuera perfecto, pues felicidad tal como la nuestra es tan sublime que la misma muerte nos haría felices.

viernes, 6 de abril de 2012

Mientras bebo rayos de luna

Mientras en el tocadiscos resuenan los tonos melodiosos de "Somewhere in time", salgo al balcón como Julieta enamorada a la espera de que algún Romeo suba para dedicarme sus más dulces versos.
Mientras bebo rayos de luna, planeo cómo reescribir la posición de las estrellas, para que, mi amor, el que no puedo siquiera mencionar, venga y escapemos juntos con el sol del atardecer como nuestro único testigo.

Paso las eternas horas de oscuridad presa de mis pensamientos y deseos, y aun no se asoma el primer rayo de sol, y ésta moderna versión de Julieta, una muy promiscua por cierto, ya se ha levantado.
Juego como una niña pequeña a disfrazarme para la gran función de la vida, una función para adultos.
Mi Romeo, no tiene nada de Montesco, y yo nada de Capuleto, aquí no existen rivalidades familiares, lo que sí existe, son dos matrimonios, en los que estamos atrapados.
Cómo es que en este pueblo de 8 habitantes y medio, nadie sospecha el romance que traemos desde hace ya una eternidad de tiempo...muy sencillo, trabajamos bajo profesiones similares, uno cura cuerpos, mientras el otro se encarga de las mentes y almas atormentadas. Somos colegas de la anatomía de nuestros pacientes.

El sol del atardecer, en dónde ni las musarañas se asoman a las empedradas calles, se convierte en nuestro escondite, pues sólo en esos breves momentos de transición del día a la noche, podemos amarnos con toda la pasión y amor que puede existir en el mundo.
Nos entregamos, como un marido y una mujer deberían entregarse.
Sentimos la culpabilidad subiendo por nuestros muslos, pues la tradición dicta que lo nuestro es peor que un pecado mortal, pero, al ver sus ojos, comprendo que el infinito está en ellos.
Son la respuesta a todas las dudas reprimidas de una enmascarada dama de sociedad como se me cataloga.

Encontré un ángel en el cielo y no quiero que pierda sus hermosas alas.
Escapar, en esta vida no es una opción.

Hacemos planes, pero no pueden llevarse a la práctica y decido que sólo el universo puede hacerse cargo de ello.
Pueden pasar muchas vidas, muchas circunstancias, pero él y yo siempre nos volveremos a encontrar, y buscaremos la manera de estar juntos por la eternidad, amándonos a la luz del día.

Y ¿Por qué os digo esto, lectores del tiempo y las reencarnaciones?
Por que hoy es 6 de abril de 2012 y ésta alma taciturna se ha vuelto a encontrar con Romeo despúes de interminables vidas en diferentes tiempos y sigo esperando estar a su lado sin limitaciones, pero el universo nos juega de nuevo una cruel broma, pues mi amado está comprometido y yo, espero un hijo de un alma fácil de olvidar.

miércoles, 4 de abril de 2012

De paso

Que delicia es sonreir cuando mi caja de recuerdos hace sobresalir aquellos que no se cuentan, pero que bien se disfrutan.
Más suculento se vuelve cuando vienes en el automóvil y volteas reconociendo tus pasos y te encuentras con ese lugar "De Paso" en donde solo un pegaso fue tú cómplice de juegos, los de amantes.

Lo recuerdo con los poros de mi piel que ahora te desea...

Cercano al atardecer apareces como buen vampiro, sediento, ansioso, falto de tiempo terrenal para dedicarmelo. En menos de una sinápsis, estoy llendo en el coche a tú lado, y ahí estás, tan bello, tan hombre, tan mítico, suculento como el mejor de los vinos.

Y estamos de nuevo, con nuestro Pegaso amigo, en la más pura de las complicidades, ausentes en nuestras realidades, calentando la que hemos inventado.

Estamos sólos, cumpliendo los designios de nuestra relación escondida, siendo éticos a la luz del día y perdiendonos el respeto al llegar el atardecer.
Ver tu hermoso cuerpo desnudo mientras disfrutas del mio, hace que mis más oscuros demonios se apoderen de mi; aquellos que me convierten en la persona que realmente soy y no en la máscara que camina por las calles todos los días.
Mientras estamos juntos, sé que estoy con mi alma gemela, pero oh destino cruel, cabron en realidad, no podemos estar juntos y demostrarle nuestro profundo amor al mundo, porque está mal visto según las enseñanzas del fuerte matriarcado de la familia donde nací.

Interrumpes mis exámenes de conciencia y viendo la verdad reflejada en tus ojos, hacemos de nuestro casual encuentro el más cálido y pasional del que tengo memoria en mi breve existencia en este plano de vida terrenal.
Cuanta intensidad inyectamos, que después de 24 horas me sigue estremeciendo hasta las uñas, tengo tu piel completamente tatuada en la mía, tus labios unidos a los mios, tus manos, recorriendome centímetro a centímetro.
Me declaro adicta a ti, mi amante perfecto, vampiro de la tarde, penumbra de la noche.

Algo si he aprendido de ésta y muchas experiencias, una puede zorrear por la vida y verse muy decente, es sólo cuestion de inteligencia, de pasar invisible en las narices de los simples mortales.
No mentiré ahora que me lees mi ahora apodado Diablo Guardian, en honor a mi libro favorito, es la primera vez que tengo este nivel de amante, pues te amo con cada zorra célula de mi anatomía, y sé que de alguna rara manera sientes lo mismo por mi, y en un análisis que me niego a hacerte de frente, sé que te hago sentir cosas que de no ser tan fiel a tus principios y amores, dejarías fluir hasta convertirme en tu musa y prioridad, pero eso, se lo dejo al creador del universo. Mis manos no están hechas para intervenir en las historias que cuentan las estrellas todas las noches.

Ahora bien, te dejo ir una noche más, para que te pierdas en la penúmbra, mientras que mi fiel amiga, fría y distante, se queda conmigo mientras te dedico las líneas de mis más profundos pensamientos y mientras suelto una plegaria a la estrella más brillante de esta cálida noche de primavera, para que me regale la breve oportunidad de estar de nuevo contigo y darte todo ese amor que desde niño no recibes.

Te mando mi amor, con el susurro del viento de media noche y te invito a ser parte de mis sueños, porque así, ya no te extraño tanto.

Xavier Velasco en el Weso

Lectores de mi inconsciente, les dejo la entrevista que le realizaron hoy a un maravilloso hombre, en gran parte  culpable de que ahora me dedique a esto...Xavier Velasco

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