sábado, 26 de mayo de 2012

La feliz ocasión

No busco el principio que trajo como consecuencia a la mujer que hoy escribe acompañada de las estrellas del universo infinito.
Ahí estaba yo, dueña de mi destino, dejando atrás la mediocridad de amores asfixiantes y dándole paso al karma mismo con el que llegué tatuada al mundo.
Ahuyentando cualquier forma rupestre de amor romántico, no pude evitar voltear esa tarde de enero como atraida por un aura extraña en el ambiente...ahí estaba mi destino parpadeando como si tuviese luces neon a su alrededor diciendo "Bienvenida al siguiente capítulo de tus aventuras con el amor".
Era un hombre no lejano a los treinta otoños, acercándose a mi soledad recién celebrada; sus ojos decian "Joven insatisfecho con su destino, busca alma amante para satisfacer sus frustraciones"
Momentaneamente un sopor de confusión reinó en mis ojos y en mi conciencia, dejándole pasar de largo tras una breve conversación de apenas 45min en donde nos involucramos en la sociedad de cliente-proveedor.

Esa mirada apesadumbrada, misteriosa y profunda comenzó a desvelar mis sagrados sueños de inconsciencia...-¿Qué tiene este hombre que no dejo de pensarle?
-Seguramente la locura de la simple química de feromonas ha afectado la claridad de mi razón y me tiene presa de mis expectativas infantiles creadas a partir de los deseos depositados en mi conciencia con cuentos de hadas llenos de principes azules.

Dejé pues de torturar a mis neuronas con sinápsis innecesarias y seguí con mi vida de feliz soltería, hasta un mes más tarde cuando necesariamente nos tuvimos que econtrar una vez más frente a frente.
Maldito efecto de nubosidad en mis ojos, no dejaba de contemplarle con admiración, recorriendo bajo mi máscara de profesionalismo y libertad de pensamiento, cada rincón de su rostro, el delicado movimiento de sus manos.
Pero algo alteró mi concentración, algo que no pensé encontrar en esta persona que cual humedad se colaba por cualquier rincon libre de pensamientos.
Encontré nuevamente esa mirada, aquella que me invitaba a conocer más allá, esa que me decía "Estoy deseoso y expectante de amor verdadero"

Un aterrible ansiedad recorrió mis huesos, como si mi alma quisiera responder a ese llamado, pero, ¿Por qué?
Sin más remedio que huir elegantemente de mis deseos, me despedi, prometiendo un nuevo contacto, a través de un medio electrónico.
Y no pasaron más que dos días para que lo encontrase fuera de un horario laboral, ahí apareciendo como fantasma en la pantalla de mi computadora. No negaré el hecho del sobresalto que tuvo mi corazón al ver un breve hola pintandose frente a mi, pero las resistencias propias de mi conciencia me detuvieron de responderle con destellos de felicidad.
Tenía que recordar que apenas unas horas atrás había estado en el cine, viendo una película de terror con uno de mis amigos. Era mi deber concentrarme en cada respuesta que daba al ver brillar esa pequeña ventana en mi pantalla.

Bendita tecnología que guardaba mis sonrojos al leer sus deseos de de compartir una tarde juntos, cambiando el estatus de conocidos a amigos.
Había algo que corrompia mis pensamientos, una frase que más tarde entendería, pues el me decía ¿Por qué llegaste tan tarde a mi vida?

-¿Tarde yo? ¿Quién le he dicho a este muchacho que en su destino tenía que aparecer? y, ¿Con qué fin tendría que estar con él?
Demasiadas preguntas y ninguna respuesta en el universo.
Unos días más tarde, trabajando como de costumbre, esa breve lucecita aparecio de nuevo en mi máquina, era él.
Yo aún negaba a mis sentidos que algunas endorfinas se me escapaban cada vez que recibia noticias suyas. Esa mañana algo cambio, unas breves pero concisas palabras me dejaron sin aliento, me ha declarado su amor, un inenso interés de estar a mi lado.
Juro que ya no evité más que esa sonrisa marca Acme se apoderara de mi rostro, pero aun pensaba en aquellas otras palabras...tardanza.

Llegado el fin de semana, tomamos la decisión de cenar juntos en un restaurant cercano a mi casa, pues aun no tenía la confianza suficiente para ir más lejos de mi zona de seguridad.
Y ahí estabamos los dos, como dos adolescentes sedientos de información, haciendo las preguntas tradicionales para conocer un resumen de lo que pretendemos como pareja.
Pero nuevamente sus ojos trataban de gritarme algo, "No te estoy diciendo toda la verdad"

No pasó de esa noche para que la respuesta llegara a mi.- "Tengo novia"- putas dos palabras prohibidas en mi vocabulario. Claro, naturalmente no reaccione como fiera, pues no eramos nada y ni a un beso habiamos llegado.
No soy persona curiosa, asi que no pedi mayor detalle acerca de la relación tan formal. Conteste la pregunta de la tardanza. Llegué demasiado tarde porque el está comprometido con alguien que ama, pero no deja de pensar en mi.

Esa noche le escribi, no dejaba de pensar en él, en sus labios, en sus brazos rodeandome...al tiempo en que me cacheteaba por pensar siquiera en intervenir en una relación en  donde la decisión nunca estaría a mi favor.

Después de días de pláticas y confesiones de deseos reprimidos, decidimos salir más veces, llegando al punto de caer completamente enamorados y confundidos, pues la atracción era poderosa.
Me sentía enojada y encantada de su tierna mirada, cada día me gustaba más.

Recuerdo la feliz ocasión en que nuestros labios se encontraron por primera vez, fue como si el mundo quedara paralizado y ese momento fuera sólo para nosotros, ahí fue donde creamos la segunda realidad, en donde eramos novios y nos amabamos al atardecer y nos despedíamos con el brillo de la primer estrella nocturna. Pecabamos en la inocencia de la relación, pues nada más pasaba entre nosotros, sólo compartiamos versos y sentimientos en las alejadas calles de la provincia en donde habito.

El gran sentimiento de culpa corrompia mi ser, a cada sonrisa y a cada beso que nos dabamos, pero era feliz a su lado.
Tan obvio como el tiempo, llegó el momento en dar un paso mas en nuestra relación. Nos metimos en nuestra segunda realidad y dimos rienda suelta a nuestros deseos.
Ese día, la habitación estaba llena de sentimientos, culpas, sudores, olores, gemidos... fue perfecto en absoluto.
El momento de reconocer otra feliz ocasión entre nosotros, la perfección de descansar desnuda sobre su pecho, sin importarme qué pasaría después.
Ahí aprendi que no sólo su escencia me era irresistible, pues cada rincón de su cuerpo me enloquecía, era perfecto en toda la extensión de la palabra.

Recuerdo mis noches mirando desde mi balcón a la luna, implorando que la bóbeda estelar cambiara su posición para que él me escogiera como la única mujer en su vida.
Pero la sabiduría de mis experiencias pasadas me dijo a tiempo que eso no sucedería, pues no podía competir con una mujer cuyo único defecto era haber llegado antes que yo.

Desde ese momento hubo un cambio notorio en mi, y que él constantemente reprochaba; lo único que podía pensar era en una frase que era muy cierta..."Una mujer es fría con un hombre, porque cuando se dejó llevar por su corazón, fue herida"
Tratando de engañar lo obvio, le decía que eran invenciones de su mente, que su propia culpa lo hacía ver cosas que en realidad no existian.

Hay algo que podría matarme cada vez que lo recuerdo, y es el hecho de escuchar un "Te quiero" de su boca, leer un inconsciente "Te amo" en un mensaje, el saber que está autenticamente enamorado de mi.

Que feliz sería la ocasión en que mis deseos se cumplieran en el momento en que quisiera, pero la realidad siempre viene al rescate de mis pulsiones infantiles.

No sé qué es lo que el futuro me tiene preparado en esta circunstacia karmática, lo que sí se es que este amor no será eterno en la forma que tiene ahora, sé que más adelante será una bella amistad y un bello recuerdo en complicidad con el alma que se parece al rumor de un alma gemela.

Sólo tengo la certeza de que a su lado he conocido el amor, aunque mi cascarón de experiencias no me deje demostrarselo a diario. Sé que soy Julieta, eternamente enamorada de su idea de Romeo y que este breve bosquejo me ha servido para preparar la gran ocasiónn de mi vida.

viernes, 18 de mayo de 2012

Desde el balcón de Julieta

No soy Julieta, pero en mi alma llevo tatuada su tragedia.
No tengo un balcón en donde esperar a mi Romeo y no estoy comprometida con alguien más.

En una noche de luna, breve y frágil ante el mundo, esta escritora de pensamientos, vivencias y cuentos, casi toma la determinación de abandonar a la fuente de su inspiración.
Diciendole a ese bello ser alado, que su presencia no era sana para mi, que me dejara, que no quería más de él.
Benditas estrellas que se dejan leer con los lentes que las lágrimas forman, pues ellas me han dicho que el tiempo de karma de mi ser amado aun no debe de concluir.

El amor ideal destinado a la tragedia shakespereana puede tener un fin más bello que el de las otras vidas que ya pasé.
No es que mi Romeo sea el amor de mi vida ni mi alma gemela, pero hay deudas de almas que siguen pendientes de pagarse con besos y sutiles caricias en los atardeceres mortales de nuestras livianas existencias.

Tú, guardián con nombre de emperador, ten por seguro que nuestro tiempo juntos aun pinta con cara de eternidad y prometo ante los astros que cuando el tiempo de concluir haya llegado, me iré con una gran sonrisa.
Recordandote en mis relatos hechos a la luz de las velas, en las horas posteriores a los encuentros que tenemos en la realidad que hemos inventado.

Aquí desde mi balcón improvisado, usando el nombre de Julieta, mando un beso al aire hasta los aposentos de mi amado Romeo, quien duerme plácido en espera de un giro en nuestra historia.

Luto de tinta

Caballero de plateados cabellos, maestro que no se cansa de enseñar, has decidido trascender en el día en que te celebrabamos.
Con cada letra que escribiste desde el alma, has dejado una huella invaluable en los seres que ahora, desde este palacio blanco hacemos guardia a tu restos mortales.

Aquí, los que envidiamos tu pronta partida, seguimos caminando ese pasillo en Donceles #185... 13 pasos en la penumbra del pasillo de vida con olores de musgo. Esperando que un bello ser de profundos ojos verdes nos lleve a la habitación con un tragaluz que iumine nuestras conciencias que sufren por tanto vivir entre sombras siguiendo órdenes de terceros. Ya no queremos ser voluntarios de lo que no nos place.

Ahora que te imprimes como una estrella más en el cielo, te rendimos honor, poniendo nuestros tinteros de luto. Gran legado nos has dejado a quienes iniciamos con la expresión de sentimientoss en forma de letras.

Maestro Carlos Fuentes, fuiste el primer autor que robó mis sentidos, ahora espero que desde el cosmos te puedas enamorar de mis breves pero sinceras letras.

Con los pétalos de una rosa roja, te despido, y espero que allá en lo infinito algún día nos encontremos para compartir la gran pizarra para que juntos escribamos bellas historias con tinta de estrellas.

Fantasmas en la Condesa (Parte 4) "La Cosa"

La "Cosa" vive en los sueños de los habitantes de aquella majestuosa privada de José Vasconcelos #118 en la colonia Condesa.

No es un monstruo, pero nadie tiene la certeza, puede ser un fantasma o la representación misma del demonio. Sea lo que sea, ha aterrado los sueños de muchos, ahogando los gritos de desesperación ante su maligna presencia.

La "Cosa" se presenta de diferentes formas en la vida de los humanos; cuando somos niños, se nos aparece como algún fantasma que nos aterra, que nos hace querer alejarnos de ciertas zonas o muebles de la casa.
En mi caso, con una conciencia y una razón recién inauguradas, adopte un extraño miedo hacia un electrodomestico que se encontraba guardado en el famoso "Cuarto de los Fierros" de mi abuelo.
Esa cosa, atraviesa las paredes, hace crujir tus muebles, suena como canicas en tu techo, te pasa como un aire helado en la nuca, como la certeza de que cuando te quedas solo en casa, no estás del todo solo.

El sueño es recurrente y siempre igual, no importa si no crees en fantasmas, o si nunca conociste a algún habitante de aquella privada que te contara la historia.
En el sueño, no sabes cómo o por qué está ahí... lo único que sabes es que esa presencia horrenda quiere escaparse de la pared, y de lograrlo causaría mucho daño.
Sientes tu vida amenzada, ningún rincón es seguro, pues la "Cosa" viaja por los muros de las casas.
En el sueño le ves, como algo que empuja las paredes y el terror es tal, que gritar es imposible y despertar...demasiado difícil.

En la privada, en diferentes épocas le soñamos, sin poder explicar a ciencia cierta qué era esa cosa que hizo de nuestra noche, una novela de profundo miedo.

Hace 14 años que dejamos de vivir en aquella privada y hace algunos meses, la cosa llegó a mis sueños. Por primera vez en mi vida, sentí miedo de verdad.

Tal vez le recuerdes y tu piel se enchine de miedo, pero si no le conoces, espérala, la "Cosa" ha cruzado los océanos del tiempo y ha visitado a todo ser en el mundo.
Cuando le sientas llegar, prepárate, pues después de ella, nada será igual, especialmente en las noches de insomnio, en donde con atención escucharas como los muebles de tu casa crujen sin una razón fácil de explicar.

viernes, 11 de mayo de 2012

Al sutil tacto de mis uñas

El dolor de la plática de la noche anterior, en donde unas breves lágirmas corrieron por mi rostro tiene un mágico efecto por la mañana.
Te deseo y me deseas, es un sentimiento casi incontrolable, cómo si esa combinación de sales y agua fuesen el más poderoso afrodisiaco del mundo, ello combinado con el profundo miedo de perdernos hace que nuestro día tenga un propósito.

Es más temprano que de costumbre, tus ansias de mi, te traen a mis brazos cuando el sol aun no tiene planes de esconderse; ahí estamos una vez más, con pegasos de testigos de nuestro amor sobrecargado de pasiones y olores que al calor de la tarde enloquecen al mas cuerdo de los vivos en el planeta.

Con desesperación de amante, me tomas entre tus brazos y desprendes de mi los mantos de pudor humano que me cubren, es así como comenzamos a saciar la loca sed de vampiros que no nos permite pensar, nos ciega y sólo nos indica centímetro a centímetro en dónde encontrar la puerta directa a las estrellas.

En un momento de sobriedad, una gran sonrisa reina en nuestros rostros, puedo ver el juego de siluetas en el gran espejo de la habitación.
Tus ojos están cerrados, tienes un semblante de placer tatuado en cada poro de tu cuerpo.

Delicada y deseosa, voy recorriendo tu piel con mis uñas, sonriendo a cada espasmo placentero que provoco en tu ser.
Te recorro y descubro nuevos escondrijos que te llevan a tocar el sol y contagiarte de su inmenso calor que a ratos quema.
No puedo evitar observar la delicada curva que se forma en mi cintura cuando me acuestro de lado...por momentos quedo extasiada al ver a mi lado, tu silueta, desnuda y a mi entera disposición.

Repetimos una y otra vez nuestras pasiones, haciendonos brincar planos de existencia; deleitando el recuerdo ancestral de los dioses que nos crearon en el principio de los tiempos.

Ningún ser humano que se presuma de alta conciencia se imagina cuántos mundos recorremos cuando viajamos al amor divino y perfecto que venimos guardando varias vidas atrás.

Mi diablo, mi amor, mi eternidad... No puedo dejar de sentirte tatuado en mi piel y en mis pensamientos; ahora que observo tan lejana a la luna, le pido que susurre al viento las palabras que no me atrevo a liberar de la prisión de mi boca.
Sé que estás acostado en casa, hundido en un profundo y placentero sueño...ahora la luz de luna toca tu rostro y con una breve brisa en tus oidos te digo: Te Amo y nunca me iré de ti.

Fantasmas en la condesa (Parte 3) Gritos en la oscuridad

Cuando se es pequeño, uno siempre juega a ver fantasmas donde no los hay; inventamos vacaciones de terror en las casas de los abuelos.

A eso jugaba yo, aun cuando podía realmente tener un íntimo contacto con el mundo de los muertos, la primera de ellas fue Alicia, y es algo que jamás olvidaré.
Pasé mi infancia y adolescencia rodeada de historias y fantasmas que se hicieron cada vez más comunes, recuerdo con diversión que me parecía a la niña de la pelicula del extorcista.

Así creci y me convertí muy prematuramente en madre, tenía sólo 17 años, 10 años mas tarde, ya era mamá de tres. Un niño y dos niñas.
Mi matrimonio por fortuna era bueno y nunca sufría por no tener qué darles a mis hijos, mi esposo y yo podíamos darnos el lujo de salir constantemente de vacaciones.

Jamás voy a olvidar esas vacaciones en un pueblito de Jalisco...Teques, Una de mis cuñadas nos había invitado a todos, como mi esposo no podía ir, los niños y yo nos fuimos con el resto de la familia.

Pasamos la mayor parte del tiempo entre un calor infernal, mangos que comiamos del patio, risas y llantos de los hijos.
La noche aterradora, me paralizó.
No hacía mucho tiempo la abuela de mi cuñada había muerto; años de agonía, inyecciones y sufrimientos.

Eran más o menos las 3am, había un incómodo silencio, me desperté al escuchar unos pies arrastrandose por el pasillo, unos quejidos los acompañaban, en ese momento sentí mi piel enchinarse, pues esos sonidos se acercaba cada vez más a la habitación en donde yo estaba con mi hija, la más pequeña.
El terror se apoderó de mi cuerpo, respirar me daba miedo, no quería moverme, qué era eso que se acercaba y que cada vez se escuchaba peor.

Los quejidos en esa inmensa oscuridad, el arrastre de pies, me dejaban sin aliento.
Pasaron justo frente a mi puerta, no daba crédito a tal situación; ¡que mala suerte que se paren justo en el vidrio de la puerta!
Una pausa y siguio su camino, parecía dirigirse a la cocina, a pesar del miedo, no dejé de poner atención.

Se escuchó un trasteo en la cocina, como si buscaran algo y después de un momento sepulcral de silecio...un grito aterrador de dolor, de sufrimiento.
Me sentí morir y para casualidades del destino mi hija despertó y pidio su mamila.
Con todo el valor que pude tomar, me levanté, entré a la cocina y no había nada, preparé el biberón de la niña y corri a esconderme en las sábanas a esperar el amanecer.

Al día siguiente, todos parecían tranquilos, hasta que vi a mi hermano José Antonio, con una sóla mirada supimos que todo lo que había sucedido en la madrugada había sido cierto.
Sólo pudimos decirnos el uno al otro...¿Tú también lo escuchaste?

Un terrible escalofrío me recorrió la espina y cada vez que cuento esta historia repito esa sensación, y busco el cobijo de mi cama, para tratar de olvidar lo que aquella noche viví.

viernes, 4 de mayo de 2012

Claroscuro

Una semana atípica era la que vivíamos hasta el dia de hoy.
Me he dado cuenta de que hay personas que no estan de acuerdo en el amor entre mi demonio y yo.

El universo en ocasiones equivoca sus letras de estrellas y nos manda personas que participan como obstáculos en este ligero paso por la vida.
Durante más de 24hrs no tuve noticias sobre el más pasional de mis amantes, el más tierno de mis amores, el mejor amigo que me conocía antes de saber de mi existencia.

En el claroscuro de la habitación de la segunda realidad creada como amantes y consagarada como pareja, observo tu infinito deseo al desabrochar mi blusa dos minutos después de cerrar la puerta del mundo en donde sólo tu y yo existimos y protagonizamos la perfección del amor del que no se puede hablar, pero del que sí podemos disfrutar.

En un breve instante, estabamos fundiéndonos, cómo lo hacen el día y la noche. Besándo la constelación de lunares que te invaden, hacerte tocar el final de la vía láctea con mi deseo, hace que el universo escriba desesperado nuevas historias con estrellas deseosas.

Ahí estamos, recostados mirandonos a los ojos, diciéndonos las palabras que nuestras bocas por miedo no se atreven a decir, por miedo a apagar las constelaciones que el infinito ha prendido para nosotros.

Una breve sonrisa se pinta en ese rostro que vive en la eternidad de mi mente, tengo ansias de ti, de tu cuerpo, de tu amor.
Con delicadeza recorro con el tintero de mis dedos la perfección que el mismo Zeus te regaló; poco a poco pierdo el aliento al observarte tan pleno y delicioso, esclavo de mis deseos.
Mi mirada graba poco a poco los centímetros de tu piel, sus formas, sus tamaños, sus defectos.

Me lleno más y más de los placeres que le bella mortalidad y la expulsión del paraíso prometido nos ha dado. Pruebo como nuestra madre Eva de la manzana prohibida.
Soy pecadora de lo más divino. Peco de ti y de tu boca.
Peco de nuestro mundo escondido, de nuestros encuentros furtivos, de nuestro amor que ha viajado por siglos.

Heme aquí, navegante de los océanos del tiempo, reencontrándome con el alma que he amado desde que el universo se formó; deleitandome con el éter celestial de tus besos, tatuandome en ti al ritmo del deseo que te abraza con mis piernas.
En silencio, sabes interpretar lo que no digo, me llevas a la muerte y me traes de regreso.

En el claroscuro del universo, nos miramos a los ojos y dejámos esa realidad en complicidad para volver a nuestros mundos, en donde cada cual crea su propio exito.
Mi adorado vampiro, diablo, novio, amante. Aquí estaré al pie de mi ventana jugando con las estrellas, mientras la pálida luna me ayuda a escribir una historia en dónde seamos protagonistas día y noche.

Te dejo un beso con el sabor del viento nocturno y, si volteas a observar a mi amiga en el cielo, verás que esta noche se ha arreglado espléndorosa para platicarte en nuestro idioma, el inmenso amor que te tengo.

Fantasmas en la condesa (Parte 2)

Mi mejor amiga

La tarde tenía un aroma especial, acababa de recibir una llamada, de esas en donde el timbre del teléfono suena totalmente desesperado. Mi mejor amiga estaba muriendo.

Cuando llegué a la majestuosa privada de Jose Vasconcelos, el pasillo de entrada hasta mi casa parecía mas largo que lo habitual, un sentimiento de pesar reinaba sobre mi cuerpo.
Cuando llegué a casa, me recibió mi hermano, desconsolado, diciendome que María, su esposa y mi mejor amiga estaba perdiendo la batalla contra un cáncer de esófago demasiado agresivo para su dulce y frágil cuerpo.

Cuando subi los 24 escalones al segundo piso, respiré profundo y entré a la habitación principal de la casa; y ahí estaba, una bella mujer convertida casi por completo en osamenta, sus ojos estaban rodeados de una oscuridad interminable.

De repente, ella despertó y enseguida me pidio que me sentara a su lado.
-Raúl, prometeme que si te mueres antes que yo, vas a regresar por mi-
Le respondí que si, y al mismo tiempo le hice prometer lo mismo hacia mi.

Sellamos un pacto de mejores amigos, y en ese preciso momento un terror incontenible se apoderó de ella. Enseguida pregunté cuál era el problema,  y sugerí al mismo tiempo que tratara de dormir, cuando escuché una aterradora respuesta.

-No quiero dormir Raúl, allá en la pared, está parado Satanás burlandose de mi-
-Si me duermo, él trata de llevarme y yo le tengo mucho miedo-

Traté de tranquilizarla, y cuando pudo conciliar el sueño, bajé las escaleras, vi a mi familia, y sólo pude sentarme en la sala de estar.

Un silencio sepulcral se apoderó de la casa.
Un grito de terror nos hizo levantar y subir en menos de dos segundos.
La imagen, María, mi mejor amiga con un gesto de terror sin vida, sin aliento.
Su lengua tenía un color negro que jamás olvidaré.

Vecinas indiscretas

Eran cerca de las 7pm cuando Claudia y yo estabamos sentadas en la gran mesa de la abuela haciendo la tarea del día.
Era una tarde extraña, pasaban cosas raras en la privada, pero ya estabamos más que acostumbradas, contabamos chistes en donde los fantasmas eran los protagonistas.
Recuerdo en especial, esa tarde mi hermana y yo, reíamos sin parar, dejábamos al lado la tarea y subiamos el volúmen del tocadiscos monumental de la sala.

Cuando la oscuridad se apodero del cielo, decidimos sentarnos en una de las ventanas, decisión equivocada, por lo que vino más tarde.
Soplaba un aire veraniego que refrescaba la casa, cuando a lo lejos, vimos como una multitud de personas de negro, entraban a casa de María, nuestra vecina que agonizaba por un terrible cáncer.
Por lógica pensamos que tenía una crisis y una vez más la llevaban al hospital. No lo tomamos a rareza.

Al paso de unos minutos, vimos esas mismas siluetas oscuras, precían cargar cirios y un cuerpo.

A la mañana siguiente nos enteramos del deceso de María en punto de las 8pm. Claudia y yo nos volteamos a ver en complicidad. No eran personas, eran almas las que venían por María.

Un año más tarde

Ya había pasado un año desde la muerte de mi mejor amiga.
Yo estaba recién casado con una buena mujer, viviamos en la misma privada, pero en nuestra propia casa.
Los días y noches pasaban apacibles en mi vida de recién casado, hasta esa noche.

Eran alrededor de las 3am cuando súbitamente desperté. El cuarto estaba en penumbras, cuando algo familiar me despertó por completo.
La voz de María me estaba llamando, ,me sentí un loco de creer que era cierto.
Me di la vuelta sobre el colchón, y a mi lado aparecio la misma María que había visto morir; la impresión me dejó sin aliento, y ella insistió.
Acerco su rostro fantasmal a mi y me dijo:
-Lo prometido es deuda amigo, ya vine por ti-

Lo único que pude hacer fue negarme y abrazar fuerte a mi mujer hasta que amaneció.

Pasos de gato para pedir ayuda

La privada había pasado recien la muerte de María, y en mi casa batallabamos ya con nuestro propio fantasma, el de Alicia.
La profesión de arquitecto me tenía sumamente agotado, aprovechando que mamá estaba preparando la comida, decidí subir a dormir un poco para reponer fuerzas.
Como de costumbre mi gatita "Churros" me acompañaba feliz a la cama para acomodarse en mi estomago.

Recuerdo haberme recostado, y al estar entrando profundamente al sueño, sentí claramente como Churros subió a la cama, pero no se acomodaba. Aun con los ojos cerrados la busque con las manos, pero no logré encontrarla.
Abri los ojos sin más remedio, pero lo que vi no era lo que esperaba.
María estaba al pie de mi cama y lo único que pudo decirme fue:
-Manito, ayúdame-
Con la voz mas espectral que mi memoria recuerda.



La historia de María es verídica, los nombres de los participantes fueron guardados por respeto a las delicadas situaciones vividas en estas experiencias.