martes, 2 de abril de 2013

El día siguiente a tu muerte

Hoy es el día después de tu muerte.
Tu lado de la cama aún conserva la calidez de tu cuerpo, no quiero abrir los ojos, no quiero darme cuenta de que has partido.
La casa huele a ti, cada uno de los muebles lleva consigo un poco de tu esencia.

Mi cuerpo conserva la pasión de tus besos de aquella última noche entre tus brazos. Si cierro los ojos mientras el agua de la regadera cae sobre mí, puedo sentir tus manos recorriendome.
Cada brisa que toca mis mejillas es como si me besaras.

No puedo creer que apenas ayer amanecías a mi lado, me besabas en la boca, me tomabas entre tus brazos y me agradecías un día más de amor.
Apenas ayer tomabamos el café y recordabamos los años en que nuestros hijos eran unos niños y corrían por la casa, la alegría que nos daban con sólo sonreír.

Quisiera que el tiempo volara, pero parece que cada hora  es una semana...hace apenas un día en que moriste y siento que han pasado años sin ti.
Quisiera que se me diera la gracia de la muerte para poder estar nuevamente a tú lado.
Me pone muy triste ver a los niños llorando ante tu ataúd, no importa lo grande que sean, para mi siguen siendo unos niños que me necesitan ahora que te has ido.

Pareces tan plácido acostado, como durmiendo, con tu traje favorito, sin corbata, con tu anillo de bodas reluciente.
No entiendo por qué tuviste que partir así, sin avisar, simplemente cerraste los ojos mientras hojeabamos nuestro albúm de bodas y has decidido no despertar.

Moriste felíz, moriste a mi lado, tomándome de la mano, diciendo que me amabas...te has ido lleno de paz y aquí amor mío me quedo con todos nuestros recuerdos, con cada carta que nos escribimos, esperando al maravilloso día en que puedas venir por mi.

Es el día siguiente a tu muerte...y te estoy enterrando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario