viernes, 3 de enero de 2014

Hace doce horas pensaba en ti

Hace doce horas pensaba en ti...
Y comenzaban a invadirme los recuerdos de tu amor carente de consistencia.
Imaginaba tus besos entre los prematuros rayos de sol que acariciaban mi rostro...incluso con ellos jugué a sentir tu calor.

Hace ya una semana que dejamos de hablar, aún me recorren constantes escalofríos consecuencia de la terrible desintoxicación de tu piel sudorosa en mi piel, producto del pecado mismo de nuestro amor prohibido.

Aunque sé que me amas, te prefiero lejano, cobarde, en brazos de tu infelicidad, pues careces del coraje de satisfacer las urgencias de tu alma.
Solias decirme que el alma sólo puede tener dos colores...blanco o negro.
Y he descubierto con un pesar que me causa una alegría infinita, que entre esos colores fríos y cerrados, hay muchas tonalidades de gris.

¡Soy gris amor!

Sí, gris como las nubes de lluvia, pero no, no estoy apunto de llover.
Soy gris porque hay una bipolaridad en mi ser que me hace disfrutar de los placeres del cielo y el infierno en el mismo lugar.

Hace doce horas pensaba en ti, y después de aquél fugaz pensamiento, te dejé partir.

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