viernes, 21 de septiembre de 2012

El Deseo

Recién reina en el cielo la media noche, cuando desde mis sábanas anhelo tus caricias, tus besos...te deseo.

Salgo a dar una caminata al jardín, el cielo está lleno de estrellas, tantas que parecen caerse, la brisa es breve pero constante, y a momentos una dulce brisa adorna el ambiente, mientras te pienso.
Imagino que el aire es tu aliento; lo siento recorrer cada rincón de mi cuerpo.
Comienza delicado a besar mis mejillas y poco a poco va avanzando hacia mi cuello, haciéndome estremecer. Te metes sensual y sigiloso entre mi ropa, vas envolviendo de manera cálida mis pechos, haciendo que reaccionen a la pasión que vas inyectando en ellos.

Mientras cierro los ojos, continuas tu travesía en la tierra de mi piel, llegando al rincón secreto de mi inocencia que grita de deseo por ti.
Pretendo convertir mis manos en las tuyas, para que puedas jugar con mi inocencia, como si fuese una melodía. Que puedas moverte al ritmo del creciente deseo que se convierte en una cálida cascada de placer infinito.

El sonido de la noche se convierte en tu voz y recitas poemas de amor infinito, mientras juegas a esconder mensajes en ellos: mensajes en donde plasmas tus deseos candentes de poseerme como la última vez, en donde la pasión nos cegó hasta el punto de sentir que moriamos al estar bebiendo la dulce agua del paraíso.

La brisa que sopla en esta noche mágica se convierte en tus sudores que me empapan el cuerpo, como en aquellas infinitas tardes en donde solo el sol era testigo de nuestro eterno juego de amantes.

Un terrible calor recorre mi cuerpo.

El deseo de sentirte dentro mio, del roce de tus manos, de tu pecho desnudo, de mis manos recorriendo tu espalda, de escuchar tus ansias, de sentir tu sexo contra el mío.
El deseo de que el viento fuera tu aliento, mis manos las tuyas, la brisa tu sudor y que el sonido de la noche fuese tu voz recitando las palabras de amor eterno que siempre soñé.

Regreso a mi cama y desde mis sábanas te ansío.
Duermo para encontrarte en mis sueños y que así pasen las horas, largas horas de la noche para que con el primer albor de la mañana, pueda encontrarte, metiendote como viento a mi cama y te fundas conmigo en el juego de la pasión entre dos amantes hechos el uno para el otro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario