domingo, 23 de septiembre de 2012

Mi ángel

Se dice que las estrellas rigen nuestros destinos, haciendo que nos encontremos con personas que nos enseñarán valiosas lecciones a lo largo de nuestras vidas.

Una vez, las estrellas me mandaron al más hermoso de los ángeles, y lo mandaron a cuidarme cuando más lo necesitaba.
Recién mi vida daba un vuelco cuando llegaste tú, mi ángel.

Eras tan hermoso que mis ojos no creian la verdad ante ellos, nuestras almas se reconocieron. Durante muchas vidas te busqué y tuve la fortuna de tenerte conmigo cuando más lo necesitaba.
Durante los meses de mi embarazo, no sólo tuve un ángel, sino al mejor amigo, novio y amante que he tenido en mi breve existencia en la mortalidad.

Agradezco aquel domingo en que me empezaste a hablar ya no como tu paciente, sino como pretendiente.
Morí de emoción con tu primer mensaje.

Recuerdo nuestra primer salida oficial, ese 24 de Febrero después de un momento de lluvia. Jamás olvidaré la maravillosa sensación de abrazarte esa tarde mientras viajabamos en moto a aquél restaurante, sentir el suave beso de la brisa de la tarde en mis mejillas.
Cómo no recordar las miles de mariposas que revoloteaban en mi estómago con el simple hecho de mirarte.

Ese día te convertiste en mi más grande inspiración, por la que hoy soy considerada escritora. Mi primer cuento hacia ti narraba mis infinitas ganas de besarte.

La segunda vez que salimos, fue absolutamente mágica, pues el ver una película que ni valía la pena, se convirtió en uno de los momentos más hermosos a tu lado.
Nos dimos nuestro primer beso, cuando ya las butacas de aquél cine se vaciaban.
Al fin podía abrazarte con todas mis ansias juntas.

Y qué decir del resto del tiempo que pasamos amándonos y amando al fruto de mi vientre.

Siempre vivirán en mi memoria todas esas maravillosas tardes a tú lado, en donde sólo éramos tú y yo, amándonos en todas las formas posibles. Entregándonos a la pasión infinita de nuestros deseos.
En mi boca quedarán tatuados tus besos, que me llenaban de vida.
En mi piel, quedará impregnada la tuya, mis manos no olvidarán el tacto de tu cuerpo desnudo mientras te amaba.

En mi hija, quedará el nombre que más te gusta, y también el momento más felíz de toda mi vida, su nacimiento, pues tú la recibiste en este mundo. Tus manos fueron las primeras en tocarla, tus ojos los primeros en verla.
Ella sabrá de ti, tenlo por seguro mi amor, sabrá que cuando ella estaba en mi vientre tú me hacías la mujer más felíz sobre la tierra.
Muchas veces soñé con que me dijeras que por amor a nosotras la registrarías como tuya, para evitarle la pena de saber la verdad sobre su papá biológico.

Que dificil es empezar a trabajar en enseñarle a mi corazón que te ama con locura a verte sólo como un amigo, el que mejor me conoce.

No sé como enmendar este corazón que hoy se rompe.
Pero no puedo seguirlo lastimando con el hecho de que el tuyo no me pertenece por completo, pues tienes una esposa muy afortunada que se lo robó antes.

Jamás hubiese pretendido forzarte a dejarla para que te quedaras toda la vida conmigo; no soy de esa clase de amantes.
Yo fui amante que te entregó el total de su corazón y te amo hasta en la última palabra.

Me voy amor, ansiando estar contigo.
Deseando besarte; deseando ser tuya una vez más.
Me voy, y lo hago amandote con cada poro de mi piel.

Me quedo solo como tu amiga, con la que siempre podrás contar.
Me quedo con mi corazón hecho mil pedazos, porque sé que estoy dándole la mitad de mi alma a una mujer que te ama por sobre todas las cosas.

Gracias Marco, mil gracias por haber iluminado mi vida con colores tan hermosos.

Ahora te devuelvo tus alas mi ángel, pues tu misión en mi vida ya ha concluido.

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