domingo, 23 de junio de 2013

Maldito

¡Maldita sea la madre patria que te lleva lejos de mí!

Malditas las horas en las que pienso en tí y en todas esas cosas que jamás haré contigo, maldito tú que llegaste a enamorarme con tus letras.
Ni un "Rubber Soul" calma a mi alma oprimida por la enfermedad del amor imposible, IMPOSIBLE vaya palabra...falta de sentido pero llena de sentimientos.
¡Qué ganas de arrancarme el maldito corazón! No quiero sentir, sólo quiero escribir...pero cada vez que trato de escribir algo coherente e inteligente, termino escribiendote a ti. Al chico de la pista de baile, al que hechiza con sus manos, aquél que me transporta a las estrellas con un beso...si...Tú...

Le he dado 3 vueltas a mis discos de Café Tacuba y me tortura ese "Aprovechate" que días atrás me llenaba de sentimientos que burbujeaban en mi estómago.
Y busco un Kumbala deseando estar a solas contigo, bailando sobre tu cama, y observando esos ojos negros llenos de melancolía.
Me enamoré del chico equivocado y todo es tu culpa.

Eres responsable de hermosas cartas llenas de sentimientos encontrados, eres culpable de que mi corazón latiera hasta casi colapsar cada vez que te leía y hoy simplemente me ignoras, no me dedicas ni el mínimo de tus saludos, y no sé por qué demonios lo tienes que hacer de esa manera.

No te culpo, yo hubiera hecho lo mismo, irme, alejarme, seguir mis sueños, al fin son míos ¿que no?
Pero no olvidaría a quien me hizo sentir que la vida tuvo un poco mas de sentido por un segundo, ese sentido que me hizo volar y bailar tu canción favorita, canción que robé sin quererlo.
Me senté en un piso de madera a fumar viendo la luna después de hacerte mío en mi imaginación.

Carajo, te voy a extrañar y eso no me parece ético, porque apenas te conozco.
Serás la musa a quién dedicaré mis tontísimas cartas de "amor"
Ahora lo entiendo, para eso veniste...para que te escribiera eternamente, para convencerme que una relación no era posible, pues con ella perdería esa inspiración que ni la luna puede darme...serás en la distancia a quien le escriba libros y libros de sentimientos que hacen nudos en el centro del pecho, que oprimen el hambre y hacen que adelgace aunque coma hasta el desvelo.

Quisiera aunque lo sé imposible, tenerte un día para mí, desde que el sol salga hasta que se oculte celosamente entre las montañas, para poder besarte, tenerte entre mis brazos. Sólo ese día pediría para recordarte el resto de mi vida o por lo menos todo ese tiempo en que serás habiante de una ciudad extraña en donde tal vez ya no seré importante, en donde tus canciones no tengan mi nombre y en donde mi recuerdo comience a perder sentido, en donde ya no baile sobre tu cama.

¡Maldita sea la madre patria que me hace escribirte mis odiosos sentimientos!

Por mi camino como escritora, ten por seguro que no lo dejaré, me enseñaste que es lo más coherente que he hecho en mi absurda, extraña y coqueta vida.

"Te dejo un beso con el sabor del viento entre eucaliptos"  como diría Edel Juaréz mientras Fernando Delgadillo da los suaves acordes de unos "Momentos pendientes" que ahora inundan mi habitación.

Val G.




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