viernes, 20 de abril de 2012

Carta Infinita

Las breves y frías gotas de lluvia escurren celosas por la ventana, mientras que el cálido rocío de tu escencia permanece intacto en mi cuerpo.
Qué efímero se vuelve el tiempo, mientras me rodeas con tus brazos y susurras tan liviano como el viento taciturno, los diferentes nombres y significados de nuestro amor.

Verte tan pleno y tan quieto, mientras descansas tu anatomía junto a la mía, hace que recuerde el idioma con el cual día a día escribo una carta infinita que se va tatuando sutílmente en tus poros, en las calles que nos han visto pasear abrazados, enamorados en el más perfecto estado de conciencia.

Recorro delicada y apasionadamente con los dedos, las páginas de tu cuerpo, mientras retozas, haciendo notoria la mortalidad con la que naciste.
Voy memorizando poco a poco las estrellas que robaste del manto universal y que celosamente tatuaste en tu piel. Así, me enamoro de la gran galaxia que discretamente quedó pintada en el lugar donde la inocencia va pervirtiendo su dulce misión.

Han sido ya muchas vidas, y aquí estamos, agregándo capítulos a lo que no puede terminar, sólo queda encarnada en los puntos suspensivos de la reencarnación y del renacimiento de un nuevo día.

Un frío día de Enero tuve la fortuna de volverte a ver, después de haberme agregado como ser existente a esta nueva vida.
Nuestros sentimientos fluyeron como el río del tiempo y en un mes ya habíamos hablado de amor, contemplando los poemas que el universo recita con las más bellas de sus estrellas.

Pasamos por momentos insípidos, convirtiéndolos en inolvidables,nos entregamos como amantes para convertirnos al tierno nombre de novios.

Y aquí, provocando explosiones mortales a tu cuerpo, continuo con el manuscrito que pinto con el filo de mis uñas y con la sal de tus sudores, jurándole al tiempo inexistente, mi amor, entrega y devoción hacia mi amor perfecto.

Hoy, contemplando el candor de las velas en mi habitación, repaso el idioma estelar, dejando pendiente un capítulo más de este relato con principio, pero nunca con final.

Ahora me dispongo a volar en viaje astral, a darte un tierno beso que dure hasta que el primer rayo de sol me dé la tinta necesaria para agregar más capítulos a la puesta en escena de nuestro antiquísimo juramento de amor...

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