sábado, 26 de mayo de 2012

La feliz ocasión

No busco el principio que trajo como consecuencia a la mujer que hoy escribe acompañada de las estrellas del universo infinito.
Ahí estaba yo, dueña de mi destino, dejando atrás la mediocridad de amores asfixiantes y dándole paso al karma mismo con el que llegué tatuada al mundo.
Ahuyentando cualquier forma rupestre de amor romántico, no pude evitar voltear esa tarde de enero como atraida por un aura extraña en el ambiente...ahí estaba mi destino parpadeando como si tuviese luces neon a su alrededor diciendo "Bienvenida al siguiente capítulo de tus aventuras con el amor".
Era un hombre no lejano a los treinta otoños, acercándose a mi soledad recién celebrada; sus ojos decian "Joven insatisfecho con su destino, busca alma amante para satisfacer sus frustraciones"
Momentaneamente un sopor de confusión reinó en mis ojos y en mi conciencia, dejándole pasar de largo tras una breve conversación de apenas 45min en donde nos involucramos en la sociedad de cliente-proveedor.

Esa mirada apesadumbrada, misteriosa y profunda comenzó a desvelar mis sagrados sueños de inconsciencia...-¿Qué tiene este hombre que no dejo de pensarle?
-Seguramente la locura de la simple química de feromonas ha afectado la claridad de mi razón y me tiene presa de mis expectativas infantiles creadas a partir de los deseos depositados en mi conciencia con cuentos de hadas llenos de principes azules.

Dejé pues de torturar a mis neuronas con sinápsis innecesarias y seguí con mi vida de feliz soltería, hasta un mes más tarde cuando necesariamente nos tuvimos que econtrar una vez más frente a frente.
Maldito efecto de nubosidad en mis ojos, no dejaba de contemplarle con admiración, recorriendo bajo mi máscara de profesionalismo y libertad de pensamiento, cada rincón de su rostro, el delicado movimiento de sus manos.
Pero algo alteró mi concentración, algo que no pensé encontrar en esta persona que cual humedad se colaba por cualquier rincon libre de pensamientos.
Encontré nuevamente esa mirada, aquella que me invitaba a conocer más allá, esa que me decía "Estoy deseoso y expectante de amor verdadero"

Un aterrible ansiedad recorrió mis huesos, como si mi alma quisiera responder a ese llamado, pero, ¿Por qué?
Sin más remedio que huir elegantemente de mis deseos, me despedi, prometiendo un nuevo contacto, a través de un medio electrónico.
Y no pasaron más que dos días para que lo encontrase fuera de un horario laboral, ahí apareciendo como fantasma en la pantalla de mi computadora. No negaré el hecho del sobresalto que tuvo mi corazón al ver un breve hola pintandose frente a mi, pero las resistencias propias de mi conciencia me detuvieron de responderle con destellos de felicidad.
Tenía que recordar que apenas unas horas atrás había estado en el cine, viendo una película de terror con uno de mis amigos. Era mi deber concentrarme en cada respuesta que daba al ver brillar esa pequeña ventana en mi pantalla.

Bendita tecnología que guardaba mis sonrojos al leer sus deseos de de compartir una tarde juntos, cambiando el estatus de conocidos a amigos.
Había algo que corrompia mis pensamientos, una frase que más tarde entendería, pues el me decía ¿Por qué llegaste tan tarde a mi vida?

-¿Tarde yo? ¿Quién le he dicho a este muchacho que en su destino tenía que aparecer? y, ¿Con qué fin tendría que estar con él?
Demasiadas preguntas y ninguna respuesta en el universo.
Unos días más tarde, trabajando como de costumbre, esa breve lucecita aparecio de nuevo en mi máquina, era él.
Yo aún negaba a mis sentidos que algunas endorfinas se me escapaban cada vez que recibia noticias suyas. Esa mañana algo cambio, unas breves pero concisas palabras me dejaron sin aliento, me ha declarado su amor, un inenso interés de estar a mi lado.
Juro que ya no evité más que esa sonrisa marca Acme se apoderara de mi rostro, pero aun pensaba en aquellas otras palabras...tardanza.

Llegado el fin de semana, tomamos la decisión de cenar juntos en un restaurant cercano a mi casa, pues aun no tenía la confianza suficiente para ir más lejos de mi zona de seguridad.
Y ahí estabamos los dos, como dos adolescentes sedientos de información, haciendo las preguntas tradicionales para conocer un resumen de lo que pretendemos como pareja.
Pero nuevamente sus ojos trataban de gritarme algo, "No te estoy diciendo toda la verdad"

No pasó de esa noche para que la respuesta llegara a mi.- "Tengo novia"- putas dos palabras prohibidas en mi vocabulario. Claro, naturalmente no reaccione como fiera, pues no eramos nada y ni a un beso habiamos llegado.
No soy persona curiosa, asi que no pedi mayor detalle acerca de la relación tan formal. Conteste la pregunta de la tardanza. Llegué demasiado tarde porque el está comprometido con alguien que ama, pero no deja de pensar en mi.

Esa noche le escribi, no dejaba de pensar en él, en sus labios, en sus brazos rodeandome...al tiempo en que me cacheteaba por pensar siquiera en intervenir en una relación en  donde la decisión nunca estaría a mi favor.

Después de días de pláticas y confesiones de deseos reprimidos, decidimos salir más veces, llegando al punto de caer completamente enamorados y confundidos, pues la atracción era poderosa.
Me sentía enojada y encantada de su tierna mirada, cada día me gustaba más.

Recuerdo la feliz ocasión en que nuestros labios se encontraron por primera vez, fue como si el mundo quedara paralizado y ese momento fuera sólo para nosotros, ahí fue donde creamos la segunda realidad, en donde eramos novios y nos amabamos al atardecer y nos despedíamos con el brillo de la primer estrella nocturna. Pecabamos en la inocencia de la relación, pues nada más pasaba entre nosotros, sólo compartiamos versos y sentimientos en las alejadas calles de la provincia en donde habito.

El gran sentimiento de culpa corrompia mi ser, a cada sonrisa y a cada beso que nos dabamos, pero era feliz a su lado.
Tan obvio como el tiempo, llegó el momento en dar un paso mas en nuestra relación. Nos metimos en nuestra segunda realidad y dimos rienda suelta a nuestros deseos.
Ese día, la habitación estaba llena de sentimientos, culpas, sudores, olores, gemidos... fue perfecto en absoluto.
El momento de reconocer otra feliz ocasión entre nosotros, la perfección de descansar desnuda sobre su pecho, sin importarme qué pasaría después.
Ahí aprendi que no sólo su escencia me era irresistible, pues cada rincón de su cuerpo me enloquecía, era perfecto en toda la extensión de la palabra.

Recuerdo mis noches mirando desde mi balcón a la luna, implorando que la bóbeda estelar cambiara su posición para que él me escogiera como la única mujer en su vida.
Pero la sabiduría de mis experiencias pasadas me dijo a tiempo que eso no sucedería, pues no podía competir con una mujer cuyo único defecto era haber llegado antes que yo.

Desde ese momento hubo un cambio notorio en mi, y que él constantemente reprochaba; lo único que podía pensar era en una frase que era muy cierta..."Una mujer es fría con un hombre, porque cuando se dejó llevar por su corazón, fue herida"
Tratando de engañar lo obvio, le decía que eran invenciones de su mente, que su propia culpa lo hacía ver cosas que en realidad no existian.

Hay algo que podría matarme cada vez que lo recuerdo, y es el hecho de escuchar un "Te quiero" de su boca, leer un inconsciente "Te amo" en un mensaje, el saber que está autenticamente enamorado de mi.

Que feliz sería la ocasión en que mis deseos se cumplieran en el momento en que quisiera, pero la realidad siempre viene al rescate de mis pulsiones infantiles.

No sé qué es lo que el futuro me tiene preparado en esta circunstacia karmática, lo que sí se es que este amor no será eterno en la forma que tiene ahora, sé que más adelante será una bella amistad y un bello recuerdo en complicidad con el alma que se parece al rumor de un alma gemela.

Sólo tengo la certeza de que a su lado he conocido el amor, aunque mi cascarón de experiencias no me deje demostrarselo a diario. Sé que soy Julieta, eternamente enamorada de su idea de Romeo y que este breve bosquejo me ha servido para preparar la gran ocasiónn de mi vida.

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