viernes, 15 de junio de 2012

Papá

Papá, palabra conformada por algo más que cuatro letras y un acento.
Elección o destino de vida.
Se puede ser papá desde la biología, se pueden tener millones de hijos regados por el mundo y nunca enterarse de su existencia, o incluso, negar aquellas existencias.

Pero hay una clase de padre al que merece celebrarse todos los días del año, los padres de amor.

Tuve la fortuna de tener un papá biológico dedicado a su familia, amoroso y responsable, tal vez no en todos los sentidos, pero en lo conveniente al título lo era.
Humberto, siempre de traje, corbata, anillo con piedra roja y perfumado, bigote perfectamente peinado.
Así es como le recuerdo, pues lo que fue después, sólo era una consecuencia de malas desiciones durante su vida de divorciado.
Hace dos años y medio que partió del mundo de los mortales, víctima de una rara enfermedad, que por desgracia no tiene un pronóstico de vida en personas adultas.
Papá siempre fue amoroso conmigo, recuerdo con mucha alegría escucharle llegar y treparme en un sillón para que él me fuera a saludar inflando los cachetes para que yo se los desinflara con las manos. O aquellos días en que venía con una sorpresa en forma de paleta de hojuelas cubiertas de chocolate.
Cómo olvidar poner mis ojos de borrego a medio morir para cumplir uno que otro capricho mio y de mis hermanos mayores; como cuando queríamos ir a nadar o a comprar helado.
Dicen algunos que no hay nada mas irresistible que la mirada de una niña con la cabecita de lado para que los hombres accedan a sus deseos.
Tuve la dicha de tenerle a pesar de muchos tropiezos durante 22 años 11 meses y 16 días en mi vida. No mentiré diciendo que fueron los más maravillosos de mi existencia, pues pasamos por muchas cosas buenas, pero también por tragos amargos que nos pusieron a prueba.

Mi superhéroe y mi villano, mi hombre de hermosos ojos verdes al cual ya no puedo abrazar el día del padre o los 7 de Septiembre cuando él cumpliría años de existencia.
Este día del padre lo recuerdo con una fuerza renovada, aunque un tanto dolorosa, pues un nuevo padre, ahora el de mis queridos primos ha partido de este mundo, cansado de vivir en un cascarón enfermo y degradado.
Héctor, siempre lo recuerdo altísimo, será que estoy muy chaparrita o porque no lo veo desde hace ya muchos años. Siempre impecablemente vestido y perfumado, amante de las buenas cosas. Porte impresionante,
Padre de amor y padre biológico, pues nunca hizo distinciones entre sus hijos biológicos de los que no lo eran.
El día 13 de Junio, decidió irse de pinta al paraíso con mi papá, a seguir con sus eternas pláticas de hombres. Quiso volver a ser aquél hombre admirado, tomándo un cuerpo astral que le calzara mejor que el mortal.

A ellos dos, les dedico estas breves líneas, pues tuvieron la titánica tarea de formarnos como hijos y personas.
Es desconcertante el por qué las cosas han pasado de esta manera. Mi mamá y mi tía, hermanas y viudas. Que terrible situación haber amado y compartido una vida con una persona y sin más estar observando en un segundo la urna con sus cenizas, voltear y ver a tus hijos destrozados, volver a mirar y ver a tus padres doblemente confundidos, a tus hermanos mortificados de ver las tristes situaciones.

La extraña coincidencia del enmudecimiento de la letra H en la familia con apellido con H.
Héctor y Humberto, ecos del emudecimiento irremediable del karma, padres imperfectos, humanos con errores. Felíz día del padre les digo mirando al cielo.

Aquí, entre Rodrigo, Mauricio, Valeria y Yo, nos cuidaremos para hacer de su ausencia algo que con el tiempo no sea doloroso.
Haremos que esta experiencia de perderlos, se convierta en la más grande enseñanza de vida, la cual transmitiremos a nuestros hijos para que ellos comprendan las circunstancias erráticas de la vida y puedan ser fuertes si es que en algún momento se ven enredados en éstas trágicas situaciones.

Aquí desde casa de la abuelita, los celebramos con alegría, pues tenemos la certeza de que algún día nos volveremos a reunir como en aquellos tiempos en los que comiamos juntos en familia.

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