La luz matinal se ha asomado por los escondrijos de mi habitación, anunciado la llegada de un nuevo día.
Después de unos breves instantes de reflexion me doy cuenta de que el día de estar a tu lado ha llegado, mi alma se siente como la de una joven virgen que se prepara para conocer los terrirorios de lo desconocido.
Gran parte del día pasa sin mayor apuro, y yo, tratando de no ser conciente de lo inminente.
Hay un periodo de oscuridad y de pronto, ahi estas y me besas tiernamente.
De la misma forma como lo haria un hechicero, me tomas entre tus brazos y me recuerdas de qué forma tocar el cielo sin necesidad de morir.
El aroma que despiden nuestros cuerpos queda completamente tatuado en mi mente, haciendo que en soledad mi piel se estremezca por el reciente recuerdo.
Dos almas que se funden en una, es un evento que pocos pueden experimentar en esta breve estadía, es similar a morir y poder tener la fortuna de resucitar y compartir el milagro con aquellos que se quedan en el deseo de la experiencia.
Conservare el vivo recuerdo tatuado en cada uno de los poros de mi piel, hasta que el destino decida regalarme otra placentera muerte para volver a resucitar entre tus brazos.
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