jueves, 15 de marzo de 2012

Tentación de medio día

Que delicia es ponerme la mascara de hipocresia, frente a los seres mortales que habitan la tierra.
Ellos no tienen la suficiente capacidad de razón para adivinar los oscuros pensamientos de esta escritora de la fantasía vuelta realidad.

Es interesante el pensar el riesgo de tentar a un vampiro, mostrandole el objeto de su deseo, cuando éste no puede tenerlo y saciar su sed. Eso hice con mi angelical demonio, le mostré la mitad descubierta de la piel en dónde su sed encuentra el placer.

La gran máscara etica que he puesto, ha sido el as bajo la manga para provocar a mi victimario a que un día sin esperarlo me ataque y me deje débil de pulso, conviertiéndome en un ser más sediento que él mismo.

Gentil lector de mis pensamientos, crees que el victimario se haya convertido en mi victima, o ¿que a tu servidora le gusta jugar con la placentera muerte para sentirse un poco mas viva?

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